jueves, 14 de febrero de 2013

Memorándum para Todos

El Memorándum de Entendimiento con la República Islámica de Irán es una herramienta. Como toda herramienta su efectividad dependerá de la habilidad y destreza con que sea usada. La pelota de futbol en los pies del Flaco Schiavi tiene destino de ser revoleada con un patadón para llevarla lejos y a la tribuna más alta, pero bajo la suela de Diego Armando Maradona tiene destino de fantasía y de golazo. La destreza del Diego con la redó era indiscutible y admirable, pero también con cualquier otra herramienta similar, sea un limón, una pelota de golf, sea que se desplazara con los cordones desatados.

La herramienta que aprobará el Congreso, el Memorándum, será utilizada por la Presidenta más talentosa que jamás haya tenido la República Argentina, y tendrá de ladero a un Canciller de mucho despliegue que hará las veces de Burruchaga junto al Diego. Es lo mejor que tenemos, lo mejor que podemos poner en la cancha junto al grupo de profesionales que logró traer de vuelta a la Fragata Libertad.

Los familiares de las víctimas se dan cuenta ―algunos de ellos por lo menos―, que se puede avanzar y conocer algo más que el remanido cliché del estado terrorista que se le atribuye a Irán; algo más, en especial los intereses locales implicados en esos atentados.

«Por cierto hay muchos puntos en litigio y la verdad que ambos gobiernos buscan no es necesariamente la misma. El argentino respalda la acusación judicial contra los iraníes; el iraní la considera una fabricación estadounidense e israelí y niega toda responsabilidad. En su columna de Haaretz, Pfeffer también reveló que “la mayor parte de la información confiable suministrada a los investigadores argentinos provino de fuentes israelíes de Inteligencia”, y Nisman ha agradecido los aportes de los servicios estadounidenses» (dice la columna de Horacio Verbitsky - 10/02/2013).
Más adelante, agrega «La función de la indagatoria es que los imputados conozcan con exactitud de qué se los acusa y puedan defenderse, con lo cual sería extraño que produjera información relevante para la acusación que, se supone, ya la ha reunido por otros medios».

Esta afirmación es cierta… pero sólo en parte es cierta.
En la jerga vulgarmente le decimos "declaración indagatoria" porque el Juez "indaga", "averigua", "busca"; es una actividad que responde al sistema inquisitivo que todavía pervive en el procedimiento penal nacional (Ley 23.984) donde el Juez asume un rol protagónico superior al Fiscal aunque éste último es quien en realidad tiene la titularidad de la acción penal pública. Por eso, en las Provincias donde se sancionaron códigos procesales más modernos no se usa la expresión "indagatoria" sino "declaración de imputado" que es la terminología correcta. La declaración de imputado no es un medio de prueba sino un medio de defensa. Esto te lo dice cualquiera de los maestros procesalistas, Julio Maier, Vázquez Rossi, D'Albora, Clariá Olmedo, Cafferatta, todos toditos.
Por eso Verbitsky le erra fiero cuando dice "sería extraño que produjera información relevante para la acusación", porque justamente, la declaración de imputado es un medio de defensa; el imputado no tiene obligación de proveerle nada de nada al acusador. El imputado goza del estado de inocencia que sólo puede ser destruido por una sentencia condenatoria firme. Puede declarar o abstenerse de hacerlo. Nadie será obligado a declarar contra sí mismo es un principio y una garantía constitucional.

Ahora bien, puede ocurrir que el imputado se abstenga de declarar como cualquier vecino, o puede ocurrir que quiera declarar y dar su versión exculpatoria, y aportar las pruebas para refutar la acusación. Del mismo modo que el Fiscal Nisman y Canicova Corral reunieron el material probatorio con la provisión informativa de los servicios estadounidenses e israelíes, así también el imputado iraní podrá aportar la que tenga en su poder o señalar aquella de la que tenga conocimiento.

Si EEUU e Israel están interesados en atacar a Irán bajo el argumento del estado terrorista, hay que considerar que a otras potencias no les resulta muy graciosa esa posibilidad. Por caso, China y Rusia que también cuentan con servicios de inteligencia de alto nivel, podrían hacer un aporte a la defensa de los iraníes, por razones de oportunidad y conveniencia política y porque ya cargan sobre sus espaldas con la experiencia de lo ocurrido en Irak y Libia.

Es decir que si los imputados iraníes deciden dar su versión y aportar el material probatorio que refuta la acusación, entonces sería de aplicación el art. 304 CPPN: «El juez deberá investigar todos los hechos y circunstancias pertinentes y útiles a que se hubiere referido el imputado» y estaría obligado a profundizar la investigación sobre todas aquellas líneas ―la conexión local― que dejaron de lado para centrarse exclusivamente en "la pista iraní". Existe otra posibilidad: desde el sector más extremista dentro de Irán se alienta que nadie se presente (como salió a decir el vocero iraní), o bien que se presenten pero que nadie declare (que se abstengan).

En ese caso se habrá cumplido un acto procesal importantísimo (la declaración de imputado) que es necesario para dictar el Auto de Procesamiento, porque otra norma del procedimiento penal ―art. 307 CPPN― señala « Bajo pena de nulidad no podrá ordenarse el procesamiento del imputado sin habérsele recibido indagatoria, o sin que conste su negativa a declarar ». Es decir que una vez cumplida la declaración del imputado iraní, sea que declare o que se haya negado a declarar (abstención), Nisman deberá formular su requerimiento y decir por qué debe procesarse a tal o cual persona y a su vez, Canicova Corral deberá dictar el Auto de Procesamiento indicando concreta y específicamente por qué existe la responsabilidad de tal o cual persona.

Entiéndase bien: van a tener que dejar de vender humo a la opinión pública, van a tener que decirles al Pueblo y a los familiares de las víctimas de los atentados de dónde surgen las pruebas que hasta ahora están en el limbo gaseoso suministrado por las agencias de inteligencia de EEUU e Israel.

Cuando la oposición y los dirigentes de las entidades judías dicen y se unen en el mismo coro de no apoyar el memorándum, en realidad es que no quieren encontrarse con ninguna de esas dos alternativas: no quieren que los iraníes den su versión en el marco de una causa judicial y no quieren que su eventual abstención o negativa a declarar tenga que impulsar a Nisman y a Canicova a expedirse en sus requerimientos y resoluciones (Auto de Procesamiento), quizás porque quedaría al desnudo que el material probatorio proporcionado por las agencias de EEUU e Israel, curiosamente tienen mucho contra Irán y absolutamente nada sobre los autores materiales y cómplices en el territorio nacional.
Están entre la espada y la pared. Están con la espada de Damocles.
Eso explica los vergonzosos argumentos formalistas de AMIA, DAIA y la Oposición que se escucharon en la audiencia de la Comisión del Senado. Y eso explica que una parte importante de los familiares se haya expedido favorablemente. Porque buscan la verdad, porque saben que nada hará revivir a sus familiares, porque saben que difícilmente se logre la condena de los organizadores de los atentados, porque se dan cuenta que Memoria, Verdad y Justicia es un criterio desde que Néstor y Cristina se pusieron al frente de nuestro país.

Para terminar, se bartolea con eso de la resignación de soberanía, la prórroga de jurisdicción, la nulidad de la causa o la inconstitucionalidad de la Comisión de la Verdad que contiene el Memorándum de Entendimiento.

Cuando la Argentina litiga ante el Juez Griesa y los Tribunales de Nueva York, o ante el CIADI, sí son casos de prórroga de jurisdicción porque esos Tribunales sí deciden ―juzgan― sobre el fondo de la cuestión debatida. En este caso sólo se llevan a cabo actos procesales (interrogatorios), que el Juez a cargo de la instrucción se encargará de evaluar en el Auto de Procesamiento, y eventualmente también lo hará el Fiscal al momento de requerir la elevación a juicio. Eso hace avanzar la causa y el Estado Argentino está cumpliendo su deber de allanar los caminos para que avance la investigación.
La causa de los atentados transita la etapa instructoria que es limitadamente pública y limitadamente contradictoria, a diferencia del juicio oral y público donde el debate es abierto y plenario. Eso explica que no haya ni prórroga de jurisdicción ni renuncia de soberanía en materia judicial porque nadie será juzgado. El juzgamiento se realizará en otra etapa que no es ésta, lo realizará un Tribunal Oral cuya integración está por verse. Canicova no juzga, sólo instruye, Nisman tampoco juzga, propone las diligencias y tareas investigativas como titular de la acción penal pública y actúa en carácter de demandante de justicia. Ninguno de ellos estará en el debate oral y público. Canicova seguro que no porque el precedente "Llerena" (CSJN 328:1491) fijó criterio ―"El que instruye no puede juzgar"― mientras que Nisman podría ser convocado a colaborar con el Fiscal que deba actuar ante el Tribunal Oral.

Eso sí: Canicova y Nisman tendrán que tomar la decisión de ir o no a la República de Irán y allí otra vez quedarán al desnudo. Si deciden no ir se interpretará que no quieren que avance la causa. De hecho está paralizada. Si deciden ir, tendrán que venir con las alforjas y mostrarlas a los familiares.

Queda el temita de la nulidad porque según algunos dicen, no será válida la indagatoria ―término que como vimos está pasado de moda y responde al modelo inquisitivo de Ricardo Levene (h)― y la verdad es que en materia de nulidades el principio es la validez y la excepción la nulidad. Sólo son inválidos los actos que impliquen transgresión a garantías constitucionales de los imputados que obviamente no van a venir a la Argentina a alegar la nulidad. Si la DAIA y la AMIA o algún familiar planteara la nulidad de esos actos llevados a cabo fuera del territorio nacional, y en el marco de un acuerdo que tiene la aquiescencia del Congreso (art. 75, inc. 22, CN) quedaría en evidencia que no quieren que avance la causa. Otra vez están contra la pared.

Para terminar, está la intransigencia hacia la Comisión de la Verdad, que dicen está en pugna con el principio de que nadie puede ser juzgado por comisiones especiales (art. 18 CN). La verdad es que esa Comisión no juzgará a nadie, aconsejará y dictaminará sin fuerza vinculante; su fuerza moral será relativa y dependerá de su actuación, de las pruebas que reúna y de sus conclusiones.

Habría que recordar a Ariel Sharon, sindicado como responsable de las masacres de Sabra y Shatila (1982) que no fue juzgado por ningún Tribunal sino que una Comisión política, la Comisión Kahan, fue la encargada de investigar, dictaminar y aconsejar la destitución de Sharon en 1983. En septiembre de 2000 Ariel Sharón, en una actitud de provocación, realizó una visita a la Explanada de las Mezquitas, un lugar religioso y sagrado para el Islam, con lo cual prendió la mecha y desató la Intifada de Al-Aqsa. Otra Comisión, pero esta vez de carácter internacional y plagada de amigos, la Comisión Mitchell dictaminó que la Intifada no se inició por la provocación de Sharón sino que "la violencia palestina" habría estallado de cualquier forma por la negativa de Yaser Arafat de aceptar las propuestas israelíes de Ehud Barak en Camp David.
Linda gente no cierto?
Al año siguiente, el pueblo de Israel premió a Sharón y en las elecciones de 2001 lo ungió para ser Primer Ministro, revalidándolo en el año 2003.

Los políticos israelíes que tomaron otro camino, como por ejemplo el Premio Nobel de la Paz, Yitzhak Rabin que intentó "el diálogo y el consenso por la paz" con el mundo árabe fueron premiados con las balas de sus propios compatriotas: Rabín fue asesinado por Yigal Amir, un estudiante judío de la Universidad Bar Ilán, perteneciente al movimiento juvenil sionista religioso Bnei Akiva, de la derecha radical israelí. Este magnicidio ocurrió al concluir un mitin multitudinario en la Plaza de los Reyes de Israel (hoy plaza Yitzjak Rabin), de Tel Aviv, con el eslogan «Sí a la Paz, no a la violencia», con la participación de artistas y políticos de centroizquierda e izquierda, encabezados por el propio Primer Ministro.

Como Ariel Sharón, el arte de provocar se hizo presente en el Senado cuando Laura Ginsberg habló de "Punto Final", comparación desmesurada y altisonante que sólo se explica por la carencia de argumentos.
El recuerdo de Yitzhak Rabín se hizo presente cuando Guillermo Borger volvió a agitar la posibilidad de un tercer atentado.


Será por eso que Luis D'Elía tiene motivos para preocuparse.

Me queda claro que la Presidenta es una mujer sumamente valiente; que está tratando con gente verdaderamente jodida para hallar la verdad.
Memoria, Verdad y Justicia para los familiares y víctimas de los atentados.
Ojalá que nuestros hermanos de la comunidad judía, la gente de a pié, el común y corriente, tenga en cuenta lo que se está discutiendo.