sábado, 28 de marzo de 2009

Arreglando la computadora del Estado

En mi nuevo laburito estoy de lujo. Mi jefe y amigo -al que le debo mi vida- siempre está con todas las antenas y radares rastreando qué se puede hacer para mejorar el servicio de justicia; en qué se puede innovar, qué criterios utilizar para mejorar la defensa pública.

El tipo te compromete, te exige que hagas tu mejor esfuerzo. No pierde la alegría ni la lucidez pese a los enormes esfuerzos que debe hacer para desplazarse, culpa de una artrosis crónica que lo acompaña desde hace muchos años. Es un Tano persistente. Yo que desciendo de asturianos no me quedo atrás, quizás por eso tenemos química y mística de trabajo.

Hace días que nos mandaron una computadora nuevita con Windows XP preinstalado y el maldito Word 2006 diseñado para la fantasía de Bill Gates pero que es poco práctico y horrible; nada amigable a la hora de encontrar los menús y controles para configurar páginas, párrafos, etc.

No sé si el Estado compra mal o qué puta pasa pero al revisar las propiedades del disco rígido (HD) me encontré con que indicaba una capacidad de 7 Gigas que apenas alcanza para la instalación del sistema operativo. ¡No puede ser! No creo que los tipos sean tan turros como para venderles al Estado un equipo así y -efectivamente- me meto en el BIOS (Basic Input Output System) y al controlar el disco rígido marca los 80 Gigas que está dentro del standard de las máquinas actuales. Le vendieron al Estado una máquina con un HD mal particionado.

Llamo a la Dirección de Tecnología porque la PC está en garantía y el tipo me pide que mande una nota. (Burocracia cómo te quiero). Le mando un mail y al otro día me llama el tipo del servicio técnico de la empresa que les vendió el equipo. Me dice que me va a mandar un disco rígido nuevo y le digo que no, que no hace falta; que el disco está bien, lo que pasa es que está mal particionado y me dice que no tiene técnicos en este momento para hacerme la visita.

Bueno, gracias, dejá nomás (y andáte a la puta). Para qué mierda vendés computadoras si no tenés soporte técnico. Qué vivo.
Le digo a mi jefe que me deje reparticionarlo y que no se van a perder los datos. Tengo el Ok y me vengo a la tarde para hacer la tarea porque pienso que me va a llevar tiempo.
En el mercado del software casi todas las herramientas son pagas. Partition Magic por ejemplo sale U$S 70 equivalente a $ 257,00. Acronis U$S 50. Y así sucesivamente.

Por suerte los muchachos que hacen software libre (GNU-Linux) con Richard Stallman y un montón de gente en todo el mundo, hace rato que vienen trabajando en todo tipo de herramientas que se bajan y se utilizan gratis.
Por ejemplo, nadie cae en la cuenta que acá en la Argentina se ha producido una de las mejores distribuciones de GNU-Linux: UTUTO, nacida en Salta que se identifica con el logo de la lagartija.

Busco en internet y me bajo el G-Parted versión 0.4.3 que es un programa gratuito para reparticionar el disco rígido sin perder datos.

Es un ISO que después -usando el Nero- lo convierto en un live-CD booteable. Lo pongo en la lectora, me meto otra vez en el BIOS y le cambio el orden de booteo para que arranque desde el CD. Sencillito, arranca el programa y me indica el espacio particionado (7 Gigas) y el espacio sin reparticionar (algo más de 70 Gigas). Le doy el comando para aumentar el espacio de 7 a 40 Gigas y el resto como otra partición que se va a leer como Disco D.
Listo el pollo, pelada la gallina.

Vuelvo a reiniciar el sistema y Windows se da cuenta que cambiaron los valores así que pasa el Chkdsk para reordenar los datos y listo. Le ahorré plata el Estado. Tardé 15 minutos. Pensé que me iba a llevar más tiempo.

Manejo PCs desde la época de la IBM Panther y antes que aparecieran las Comodores, vi pasar las queridísimas 286, 386, 486, Pentium I, II y III hasta las actuales Pentium IV. En las épocas del D.O.S. me dominaba el procesador de texto WordStar -popularísimo y recontrapirateado- con el cual hicimos muchas maldades jurídicas y sistematizamos mucho el trabajo de hacer cédulas, oficios, planillas de liquidación, etc.

Con el tiempo, al lado de la pasión por el derecho y la política le dedicaba muchas horas a experimentar con todo lo que pasaba cerca. Y obviamente aprendí a particionar un disco rígido y utilizar varias herramientas: Ranish Partition Manager, Partition Resizer (que corren en D.O.S.).
Cuando apareció GNU-Linux y el concepto de software libre comencé a seguir los capítulos de Facundo Arena en PC-Users (una revista "under") para aprender más.

La compu es una herramienta, muy pero muy útil. Te permite hacer la "dife" cuando buscás trabajo.
Pero es una herramienta.
Podés copiar un archivo, un mp3, un programa, pero lo que no se puede copiar es la capacidad que cada uno tiene para resolver problemas nuevos.
Cada ser humano tiene el copyright sobre su propia inteligencia y no hay posibilidad de que nadie te la plagie ni te la piratee. Eso es lo único seguro.

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