domingo, 25 de marzo de 2012

24 de marzo: mucho más que 30.000

Hermosa foto choreada a Mancuso
Son más que 30.000. El número es simbólico y cada 24 de marzo se los recuerda, se los tiene en la memoria. La dictadura asoló nuestro país cometiendo crímenes atroces; lo hizo utilizando el aparato estatal, con sus recursos humanos y materiales; utilizando edificios públicos a los que convertía en centros de tortura; cobrando impuestos al Pueblo para luego utilizarlos y financiar su terrorismo dirigido contra ese mismo Pueblo.



El acto de este año tuvo un agregado superior que fue señalar las complicidades de los grandes grupos económicos con el terrorismo de Estado. La imposición de una estructura económica neoliberal con sus nefastas consecuencias ―bien conocidas por quienes la implementaron― fue recordada por Artemio López el año pasado (en este post) y este año volvió a hacerlo (en este otro post) con remisión al sitio de "El Ortiba" donde está el trabajo de investigación social "El Otro Golpe" que detalla minuciosamente las consecuencias del plan económico que se desarrolló a la par del plan de exterminio.

El año pasado escribí un post titulado "El 24 de marzo y el único demonio" donde rastreaba el origen de la teoría de los dos demonios y no tengo dudas que algunos constitucionalistas que hoy se presentan con un perfil de izquierda en realidad tienen un indudable compromiso con la impunidad de estos crímenes aberrantes.

Decía que el acto de este año tuvo un agregado importantísimo al señalarse la complicidad civil. También es bueno decirlo: quizás sea el momento de empezar a plantearnos que no hay 30.000 sino muchos miles más. Quizás sea el momento de dejar de pensar a la dictadura como un fenómeno local.

¿Por qué digo esto?

Porque existe una verdad jurídica que ha sido determinada por el más Alto Tribunal Interamericano. Porque las dictaduras en toda Latinoamérica fueron producto de un plan sistemático pergeñado en las más altas esferas del poder económico y militar de los EE.UU. y esa es la verdad jurídica que estableció la Corte Interamericana de Derechos Humanos:

«VIII.- HECHOS PROBADOS: [...] la Corte considera probados los siguientes hechos: [...] Sobre la "Operación Cóndor": [...] La mayoría de los gobiernos dictatoriales de la región del Cono Sur asumieron el poder o estaban en el poder durante la década de los años setenta, lo que permitió la represión contra personas denominadas como "elementos subversivos" a nivel inter-estatal. El soporte ideológico de todos estos regímenes era la "doctrina de seguridad nacional", por medio de la cual visualizaban a los movimientos de izquierda y otros grupos como "enemigos comunes" sin importar su nacionalidad. Miles de ciudadanos del Cono Sur buscaron escapar a la represión de sus países de origen refugiándose en países fronterizos. Frente a ello, las dictaduras crearon una estrategia común de "defensa". [...] En este marco, tuvo lugar la llamada "Operación Cóndor", nombre clave que se dio a la alianza que unía a las fuerzas de seguridad y servicios de inteligencia de las dictaduras del Cono Sur en su lucha y represión contra personas designadas como "elementos subversivos". Las actividades desplegadas como parte de dicha Operación estaban básicamente coordinadas por los militares de los países involucrados. Dicha Operación sistematizó e hizo más efectiva la coordinación clandestina entre "fuerzas de seguridad y militares y servicios de inteligencia" de la región, que había sido apoyada por la CIA, la agencia de inteligencia, entre otras agencias, de los Estados Unidos de América. Para que la Operación Cóndor funcionara era necesario que el sistema de códigos y comunicaciones fuera eficaz, por lo que las listas de "subversivos buscados" eran manejadas con fluidez por los distintos Estados».

Repito, no lo digo Yo. Lo dijo la Corte Interamericana en la sentencia del caso "Goiburú y otros vs. Paraguay" (22-septiembre-2006, especialmente en la pág. 26) y lo volvió a repetir en el caso el caso "Gelman vs. Uruguay" (24-febrero-2011, especialmente en la pág. 15):
«44. El presente caso reviste una particular trascendencia histórica, pues los hechos comenzaron a perpetrarse [...] en el marco de la doctrina de seguridad nacional y de la Operación Cóndor. La existencia de esa operación ya fue reconocida por este Tribunal en el caso Goiburú y otros vs. Paraguay en los siguientes términos:...».

La Corte Interamericana de Derechos humanos tuvo por probada la complicidad de la CIA ―y otras agencias estadounidenses― en el apoyo a las dictaduras latinoamericanas para la comisión de crímenes desde el aparato estatal. Crímenes del derecho internacional instigados por la máxima potencia mundial y ejecutados con la colaboración de ella. Fue ―sin dudas― un plan transnacional de exterminio que ninguna democracia puede amnistiar o indultar.

Quizás sea el momento de replantearnos el 24 de marzo como un fenómeno local, que no son solamente 30.000 desaparecidos, que son muchos miles de hermanos latinoamericanos desaparecidos. Es la Patria Latinoamericana la que ha sido ultrajada y sus hijos ―nuestros hermanos y nosotros mismos― las miles de víctimas de ese ultraje.

Del mismo modo que la recuperación de las Islas Malvinas ha dejado de ser una cuestión puramente argentina para convertirse en una causa latinoamericana, me parece que es momento de comenzar a pensar y extender el "Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia" a todos los pueblos de Latinoamérica que han sufrido el monstruoso Plan Transnacional de Exterminio pergeñado en EE.UU.

Por eso, teniendo presente la verdad jurídica establecida por la Corte Interamericana, quizás a partir de este 24 de marzo comencemos decir que: son más que 30.000, muchos hermanos, muchos más que 30.000.

2 comentarios:

  1. Manteniéndolo presente, cumpliremos el ¡NUNCA MÁS!

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  2. Gracias por pasar Luis. Te estoy debiendo el post sobre los canes detectives. Cumpliré a la brevedad.

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