El día que se anunció el proyecto un tramo del discurso de Cristina lo explicitó de la siguiente manera:
«A mí me toca tomar la decisión, yo sólo soy un instrumento pero no soy eterna, otros u otras vendrán. Por lo tanto es necesario también que esto que tanto nos costó, que este duro aprendizaje en números, en pérdidas de reservas, en disgustos, en amarguras y en broncas, en presiones y extorsiones, como el año pasado cuando hacían faltar combustible en pleno año electoral. Yo no soy estúpida, que no diga las cosas o que me haya callado la boca es una cosa, pero hacer faltar combustible... Miren, algo peor para la gente que aumentar la nafta es que no tenga nafta, la gente se pone nerviosa, todos nos ponemos nerviosos. Cuántas maniobras vimos, cuántas colas inclusive impulsadas desde algunos medios de comunicación, de los que decían que estaba enojada también».
Cristina sabe de lo que habla.
Contemporáneamente al caso de Antonini Wilson, se hablaba de crisis energética. En marzo del año 2008 la gobernabilidad de Cristina Fernández de Kirchner recibiría un saludo inequívoco: el conflicto agropecuario.
En el año 2011 el establishment también se encargó de saludar la reelección de Cristina con métodos extorsivos similares: ataque especulativo sobre el dólar, escándalo artificial con el Vicepresidente, y una señal inequívoca desde afuera, en España, con el ascenso al poder de Mariano Rajoy y el PP, una avanzada de la derecha reaccionaria que a poco de asumir recibió como ofrenda la destitución de Baltasar Garzón, símbolo de los derechos humanos.
Volvemos atrás en el tiempo para recordar que el golpe de estado del 2002 contra el Presidente Hugo Chávez tuvo un pronunciamiento inmediato por parte del entonces Presidente de España, José María Aznar, también líder del PP.
Actualmente conduce "Visión 7 Internacional" junto a Pedro Brieger y Raúl Dellatorre, pero en aquellos años, Telma Luzzani escribió en Clarín una notable descripción de los movimientos producidos durante el breve desalojo del bolivariano:
«En medio de una desinformación fenomenal hubo dos noticias que resaltaron por su aspecto inédito: lo que podríamos llamar "los brazos financieros del imperio" actuaron con un mayor reflejo que los políticos y los Estados. El FMI fue la primera institución en reconocer al golpista Pedro Carmona como presidente venezolano y Wall Street dio rápidas directivas para sostener con las acciones la salud del nuevo gobierno. Momentos después se conocería el apoyo de español José María Aznar y el comunicado oficial norteamericano que daba a entender que Chávez se merecía el golpe por su indisciplina, o en lenguaje diplomático republicano, por "no marchar en la dirección correcta"».
El golpista Pedro Carmona que menciona Luzzani es el mismo que Pedro Carmona Estanga ex director de la empresa petrolera Industrias Venoco mencionada en el informe de Clarín.
Hoy, Horacio Verbitsky, en su columna de Página 12 nos recuerda que:
«Ahora, desde Madrid, García Blanco está organizando el vaciamiento de los recursos técnicos de YPF, mediante el traslado de los técnicos a distintos lugares del mundo, y la preparación de las denuncias contra la Argentina ante el Banco Mundial. Los primeros en partir fueron los venezolanos de PDVSA, reclutados por Repsol luego del fallido intento de desabastecer a la República Bolivariana, con una huelga precursora del lockout de las cámaras patronales agropecuarias argentinas y del alzamiento de los empresarios del oriente petrolero boliviano.».
Nadie duda que el 54% de los votos constituye un respaldo fenomenal, pero la gobernabilidad es cosa de todos los días.
Cristina lo sabe perfectamente.
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